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FAO     OMS     OCDE

 Han establecido el modelo de evaluación caso por caso, alimento transgénico por alimento transgénico. En esta estrategia resulta importante el desarrollo del concepto de equivalencia sustancial. Se trata de otorgar dicha categoría a aquellos alimentos transgénicos cuya composición nutricional y características organolépticas son iguales a las del convencional del que provienen, con la única excepción del nuevo carácter introducido por ingeniería genética. En todos los alimentos transgénicos que se han comercializado hasta la fecha se da la equivalencia sustancial. También en todos ellos se ha llevado a cabo una evaluación de riesgos sanitarios atendiendo a tres criterios: el contenido nutricional, la posible presencia de alergenos y el grado de toxicidad. La conclusión de todos estos trabajos es que no existe un solo dato científico que indique que dichos alimentos, por el hecho de ser transgénicos, representen un riesgo para la salud del consumidor superior al que implica la ingestión del alimento convencional correspondiente14. La importancia de estas evaluaciones es muy grande, ya que jamás se habían evaluado los alimentos como se ha hecho con éstos. Se trata por tanto de un modelo paradigmático de evaluación de la seguridad alimentaria. Por todo ello, la OMS formuló en noviembre del año pasado un manifiesto público contundente en el que afirma que “los alimentos transgénicos actualmente disponibles en el mercado internacional han pasado las evaluaciones de riesgo y no es probable que presenten riesgos para la salud humana; además, no se han demostrado efectos sobre la salud humana como resultado del consumo de dichos alimentos por la población general en los países donde fueron aprobados” . En cuanto al riesgo ambiental, ligado sobre todo a las plantas transgénicas, las cosas son menos claras. Desgraciadamente hay una falta de conocimiento sobre los ecosistemas y las metodologías necesarias para analizar este tipo de riesgos, tanto el que presentan las plantas transgénicas como las convencionales, que también lo tienen. Por ello, antes de dar el permiso de comercialización de una planta transgénica se llevan a cabo liberaciones controladas de las variedades transgénicas al medio ambiente15. Uno de los peligros ambientales más mencionados es la posible transferencia de los genes exógenos desde la variedad transgénica a variedades silvestres del entorno. Esta transferencia se produce frecuentemente en la naturaleza, en algunas especies convencionales más que en otras. Por eso podemos afirmar que, por ejemplo en la UE, la transferencia de genes es improbable si utilizamos maíz transgénico y probable si utilizamos soja transgénica, ya que existen variedades silvestres de soja pero no de maíz. Conviene recordar que ese mismo riesgo se da con cualquier variedad de maíz resistente generada por cruce sexual. Por tanto, el problema no son los transgénicos en sí, sino nuestro desconocimiento en materia de evaluación medioambiental.

Proyecto Feria De La Ciencia

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